2. La sesión no dure más de 30 minutos.

Los miembros del grupo estarán mucho más centrados en la tarea que tienen entre manos y surgirán mejores ideas.

3. Establecer unos objetivos antes de la sesión.

Los participantes deben disponer de información contextual y tener muy claros los objetivos antes de poner sus neuronas a trabajar.

4. Solicitar a la gente lleve preparadas algunas ideas.

Es recomendable que las personas que participan en las sesiones de “brainstorming” vayan de antemano con un puñado de ideas.

5. Las malas ideas son también bien recibidas.

Antes de dar con la gallina de los huevos de oro… hay que buscar mucho. Lo que no podemos permitirnos es perder tiempo en malas ideas, una vez que las hemos identificado y tenemos claro que no nos van aportar nada.

6. Limites para triunfar.

Trabajar motivados por ciertos límites hará que las personas se esfuercen en lograr mejores ideas.

7. El silencio es poder.

No es necesario hablar sin parar, los silencios son útiles y sirven para dar forma a las ideas que tienen en mente y a pulir las ideas propuestas por los demás.

8. Opción de presentar ideas de manera anónima.

Mediante técnicas digitales, funcionan muchísimo mejor las lluvias de ideas que tienen lugar con la complicidad de una herramienta virtual tan común como Google Docs. Evitando asi que ideas potencialmente buenas se queden en el tintero por culpa de la timidez de su dueño.

9. No es un fracaso.

Si la lluvia de ideas termina sin ninguna buena idea, no es un ningún fracaso. Lo que sí es una pérdida de tiempo es ponerse a trabajar sobre una mala idea.